Los atracones, comer con culpa o restringirse son síntomas de los trastornos alimenticios. Identifícalos y reconcíliate con tu cuerpo
Todos hemos vivido el clásico atracón en algún festejo; hay mil opciones de comida y no queremos perdernos de probar ningún platillo.
El problema es que acabamos “a reventar”, sintiéndonos mal físicamente y con un poco de remordimiento (al cual a veces nos referimos en son de broma como “regordimiento”).
Ahora imagina que en todas tus comidas está presente esa misma falta de control, y no puedas parar de comer hasta acabar con ese malestar físico y mental.
¿Te ha pasado alguna vez que preferirías no haber comido ese postre y piensas en regresar en el tiempo y evitar engullir?
Ahora imagina que “puedes lograrlo” si lo vomitas y entonces, ya lo saboreaste pero no se va a quedar en tu cuerpo. ¿Rápida solución para un atracón?
Igualmente, muchos nos hemos puesto alguna vez “a dieta”. Y claro que perdemos peso pero ¿podemos parar de restringirnos?
Ahora imagina que en tu cabeza no importa tu peso, te percibes como obeso y por lo tanto no importa cuán delgado seas, siempre restringirás lo que comes.
Lamentablemente estas situaciones no son hipotéticas…
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¿Qué son los trastornos alimenticios y a cuántas personas afectan?
Hasta 2019, de acuerdo a un boletín de la cámara de diputados, el 10% de las mexicanas sufrían un trastorno de alimentación en algún grado.
La Clínica Mayo define a los los trastornos de alimentación como:
“Afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida”.
Dichos trastornos afectan principalmente a las mujeres, en una proporción de nueve mujeres por cada hombre afectado.
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Tipos de trastornos alimenticios
En general se reconocen tres trastornos principales que son:
Trastorno de atracón
Consiste en comer compulsivamente y sin ningún control hasta que se tiene malestar físico y mucha culpa por la cantidad de calorías ingeridas.
Esta misma culpa hace que las personas con este trastorno escondan su forma de comer de sus familiares y amigos.
“Ejecutan sus atracones” en periodos cortos de tiempo donde nadie sea testigo y tampoco sean interrumpidos.
Después de ingerir cantidades desproporcionadas de alimento, los comedores compulsivos “se la quedan dentro” por lo que su consecuencia más evidente es la obesidad y el sobrepeso.
Bulimia nerviosa
Este trastorno está íntimamente relacionado a comer compulsivamente, sin embargo, el bulímico toma acción ante la ingesta excesiva de alimento y busca deshacerse de ella.
El método por excelencia es una purga, ya sea auto provocándose el vómito o tomando algún tipo de laxante para que esas calorías no impacten en su peso.
Físicamente no necesariamente muestra sobrepeso pues éste estará bajo control con las purgas, pero las consecuencias físicas son muy graves.
Anorexia nerviosa
Busca controlar el peso y apariencia física de la persona quien restringirá su ingesta calórica en cantidad y en calidad.
La persona que la padece evitará comer cualquier cosa que “le engorde” y a veces no comerá absolutamente nada durante largos períodos de tiempo.
El paciente busca perfeccionar su físico y controlar a través de su alimentación las emociones que no controla en su interior.
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Reflexión sobre sobre los trastornos alimenticios
Los trastornos alimenticios son una constante en un mundo donde estamos llenos de presión social para cumplir estándares de belleza, en el que se valora mucho más el éxito profesional que la realización personal.
En el que hay que complacer a todos en las redes sociales con la apariencia perfecta.
A esto se suman la crítica y falta de afecto familiares o tal vez haber sufrido algún tipo de abuso.
Las principales víctimas son los adolescentes, los jóvenes alrededor de los 20, pero también las personas que pasan los 50 años, y que sienten que están “perdiendo su juventud”.
Pero me parece justo mencionar que todos tenemos un poquito de alguno de los trastornos alimentarios en nuestro interior:
La chica que quiere ser más delgada, la persona que desea recibir de ese helado la satisfacción que tal vez no le brinda su vida personal, el tomar algún laxante ocasional en vez de beber más agua e ingerir más fibra.
Mi punto es, estos trastornos no viven lejos de nosotros,allá donde nadie los ve o toca, sino que convivimos con ellos día a día.
Es de extrema importancia ver hacia dentro y evaluar en dónde estamos parados con respecto a nuestra alimentación.
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Reconcíliate con tu cuerpo
Existen profesionales de la salud física y mental con los que podemos acercarnos a pedir ayuda si vemos que de pronto no estamos aceptando quiénes somos.
Busca que estos profesionales te ayuden a reconciliarte con tu cuerpo y a mejorar tus hábitos diarios (no sólo a hacer dietas esporádicas).
También te pueden ayudar a llevar una alimentación sustentable y sostenible en el tiempo.
Lo anterior para evitar que tengas rebote que te lleva a buscar nuevamente las dietas extremadamente restrictivas.
Busca acompañar tu alimentación con trabajo personal de introspección que te permita ver qué partes de tu ser necesita más amor y atención.
Así, si te cuidas por dentro, no vas a necesitar controlar tus emociones a través de la comida.
Querer perfeccionarnos es algo positivo, pero tiene que venir acompañado de aceptación en nuestro propio proceso y de mucho amor hacia nuestro yo actual.
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Etiquetas: ama tu cuerpo, bulimia y anorexia, trastornos alimenticios tipos
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