María Elena Rodríguez y René Pontón son dos seniors imparables que apoyan a personas y niños sordos elaborando materiales especiales
Hace 31 años, cuando María Elena Rodríguez y René Pontón se enteraron de que una negligencia médica había dejado a su hija Dulce María con parálisis cerebral y sordera profunda, jamás imaginaron que su arduo camino para rehabilitar podría ayudar a otros padres y maestros.
Hoy a sus más de 70 años elaboran materiales didácticos para ayudar al desarrollo académico y profesional de personas y niños que viven con discapacidad auditiva.
“El principal obstáculo del sordo es la comunicación y, por lo tanto, la educación, pues recordemos que toda la información y conocimientos que recibimos es a través del vínculo con otros.
“Esta es la principal razón por la que, dentro del grupo de las personas con discapacidad, en México los sordos son los que alcanzan menores grados escolares.”, explica María Elena Rodríguez.
El gobierno ha impulsado su inclusión en las escuelas regulares, pero el problema es que muchos profesores no conocen el Lenguaje de Señas Mexicano (LSM).
Además, los niños emplean los mismos libros diseñados para oyentes y no entienden las instrucciones o no encuentra significado a la palabra escrita.
Todo cobra sentido cuando sus maestros relacionen la seña con la palabra y el objeto que representan.
“Este fue el caso de Dulce, quien a los 7 años comenzó a sumar y restar, pero no podía leer, escribir, hablar, y no entendía algunos contenidos”, agrega René Pontón.
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Inicio creativo
Para ayudarla, María Elena Rodríguez se tituló como Maestra de Educación Preescolar y estudió Logogenia, método que crea las condiciones para ayudar a los sordos a que adquieran el español para que puedan leer y comunicarse.
Con apoyo de su esposo René Pontón, diseñador gráfico, comenzaron a producir materiales para que Dulce entendiera más fácil.
“A maestros y especialistas les gustó lo que estábamos haciendo y nos animaron a realizar un libro que auxiliara a sordos, padres y profesores”, platica María Elena.
Así nació Mi cuaderno de lectoescritura y señas que Editorial Trillas se interesó en publicar.
“A la fecha el libro ha sido un éxito, vamos en la tercera reimpresión y lo piden de diversos países de Latinoamérica y hasta de España que enfrentan problemáticas similares”, agrega René Pontón.
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Seniors imparables que apoyan a personas y niños sordos
Hacer su primer libro les tomó más de 15 años. Sin embargo, la experiencia les abrió camino y comprendieron que se necesitaban mucho más materiales
Ya desarrollaron un libro más sobre conocimientos matemáticos y hoy preparan “Mi diccionario visual con LSM y español de la A a la Z”.
“Estamos seguro de que el diccionario será de mucha utilidad para sordos que están aprendiendo LSM y español, profesores, padres de familia y todos los interesados en aprender LSM”, puntualiza María Elena Rodríguez.
Ya han comenzaron a promoverlo y gusta mucho, y hoy buscan patrocinadores para imprimirlo de manera independiente.
“La pandemia dejó a muchas editoriales con problemas económicos y estos niños no pueden esperar, de ahí que estemos buscando editarlo, pero el costo es grande para dos personas jubiladas”, subraya René Pontón.
“Dulce, con su ejemplo, nos ha mostrado que no hay límites, ni físicos, ni mucho menos de edad, para ser feliz y realizar todos los proyectos que quieres.
“Sobre todo aquellos que ayudarán a que el camino de otros sea mucho más sencillos de lo que fue para ti”, concluye María Elena Rodríguez.
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Etiquetas: Dulce Pontón, Ma. Elena Rodríguez, Mi cuaderno de lectoescritura y señas, Mi diccionario visual con LSM y español de la A a la Z, René Pontón
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