Todos hemos escuchado el término sugar daddy o sugar mommy, pero ¿quiénes son? y ¿qué hay detrás de esta tendencia?
Sabemos que existen todo tipo de relaciones y que cada relación tiene sus muy particulares características en la dinámica, lo que la vuelve única y compleja.
Tal es el caso de las cada vez más de moda relaciones sugar daddy y sugar mommy.
Es decir, relaciones donde los integrantes tienen una diferencia de edad tan grande que podrían ser padres e hijos.
De ahí que estos hombres o mujeres reciban el nombre de sugar daddy (papi) o mommy (mami).
Si bien es cierto que estas relaciones existen desde hace mucho tiempo, hoy en día son más comunes.
Lo anterior gracias a las redes sociales que facilitan el acceso a personas que gustan entablar este tipo de relación.
Cuando analizamos este tipo de lazo no hay que ser Sherlock Holmes para notar que parece mucho más un lazo paternal que una relación de pareja.
Además, si bien es cierto que no es un lazo de prostitución estrictamente hablando, tampoco es un noviazgo común, aunque haya un poco de ambas.
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Matices del sugar daddy
El sugar daddy suele ser un hombre mayor a los 45 años que da regalos y manutención a cambio de compañía y sexo.
Los hombres, por lo general buscan a alguien que se ajuste también a cierto prototipo físico fantaseado y que encaje en su entorno social invariablemente ajetreado.
Como en todo tipo de lazos y relaciones, cuando los analizamos con lupa podemos encontrar diferencias abismales:
En algunas relaciones hallamos prácticamente un vínculo sostenido por un intercambio sin absoluto apego emocional.
En dónde incluso hay repulsión por parte del sugar baby o la pareja joven hacia el sugar daddy.
También, en otras relaciones podemos encontrar amistad, acompañamiento y protección. Y a partir de ahí existen una gran cantidad de matices entre cada una.
No obstante, el común denominador siempre será la diferencia de edad y la necesidad de un lado por cumplir cierta tranquilidad financiera y caprichos.
Y, por otro lado, tener a alguien que se ajuste y se someta a sus necesidades de compañía, imagen y sexo, haciéndolo sentir prácticamente el “rey del universo”.
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Matices de la sugar mommy
Existe también la relación inversa, las sugar mommy. Sin embargo, hay un menor número de parejas de este tipo.
Probablemente esto ocurre porque para la mujer es mucho más común la fantasía de ser conquistada románticamente, que la de posesión del otro como objeto sexual.
En otras palabras, para las mujeres no resulta tan atractiva la idea de pagar por tener una pareja (“esclavo”) sexual.
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Riesgos de las relaciones con un sugar daddy o sugar mommy
En estas relaciones existen riesgos, sobre todo para las parejas jóvenes o sugar babies, quienes pueden llegar a ser explotados ya que por su dependencia y necesidad económica le otorgan el control al adulto (daddy o mommy).
Esto puede ser utilizado de manera perversa, pues en el último de los casos no es el amor lo que sostiene el vínculo, sino el mero intercambio de satisfacciones.
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¿Cuáles son los rasgos de personalidad de los participantes?
En esencia estamos frente a una estructura vincular superficial, sostenida por intercambios que puede hacer una brecha aún más grande en la soledad de los participantes.
Lo anterior, porque a ambos participantes los une su propia incapacidad para establecer lazos amorosos reales más allá de la superficialidad.
Además, si bien en muchas parejas el goce de poder y de ser protegido nace de la fantasía de tener al padre/madre protector y proveedor (que no se tuvo) y a su vez de tener a la novia/novio rendioa, en muchas otras, tan solo se habla de una modalidad de satisfacer sus necesidades económicas.
Es decir, se ofrece sexo y compañía por dinero y regalos teniendo que soportar en ocasiones sentimientos de vergüenza, repulsión y culpa.
Por lo tanto, nos encontramos en última instancia ante la fachada de un juego de “lazo amoroso” que encubre un intercambio donde se privilegia el poder y el dinero muy por encima del amor y amistad.
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Etiquetas: sugar babie, sugar daddy, Sugar mommy
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Hola!!! Me encantó el artículo, para seguir pensando “que nos une al otro”
Saludos
Wow! Que fuerte, pero muy cierto. Interesante este tema, sería chévere ver las posibles consecuencias psicológicas para los hijos al crecer en este tipo de relaciones. Considero que mi mamá y mi papá fueron una pareja así, mi papá tiene 18años más que mi mamá, y en mi análisis, ciertamente hubo un intercambio de intereses, aunque ellos digan que no.