Los colores y las emociones se encuentran vinculados, por lo cual es importante definir cuáles elegir para decorar la casa o lugar de trabajo
Los colores nos provocan emociones y sensaciones muy diversas. Más allá de embellecer o no nuestra casa, el color le confiere carácter.
No debemos olvidar que el color no es fijo, cambia con la luz, y a través de este se puede expresar sentimientos, ideas y sensaciones.
Por eso es muy relevante tener en consideración qué colores vamos a utilizar en la decoración de nuestra casa o espacio de trabajo, para que cada color transmita las sensaciones que queremos vivir o expresar.
Los colores y las emociones
Estudios alrededor del mundo han coincidido en las emociones que cada color genera:
Azul: Se asocia con la armonía y la confianza. El cielo y el mar son azules, por lo que es el color de lo profundo y lo espiritual.
Rojo: Es el color de la pasión, del amor, de la fuerza. Es vigoroso y transmite mucha energía.
Amarillo: Es el de la alegría, el optimismo, la iluminación y el entendimiento.
Verde: Se vincula con fertilidad, la esperanza, la vida, la salud y la naturaleza.
Negro: Se asocia con el final, el duelo, el misterio, pero también con la elegancia y sobriedad.
Blanco: Simboliza un nuevo comienzo, la limpieza, la pureza y la tranquilidad.
Colores y temperatura
Los colores, también, hacen que un lugar luzca fresco, cálido o con temperatura media.
Frío: azules y violetas.
Calidez: rojos, naranjas y amarillos.
Neutralidad: café, gris y beige.
En general, los colores claros, dan luz y crean sensación de amplitud en los espacios. Los colores oscuros nos hacen percibir el espacio más reducido.
A la hora de decorar tu casa hay que tener en cuenta una buena combinación entre colores, texturas y luz, que son los ingredientes secretos para lograr una bonita decoración y emoción.
Y tú, ¿qué color prefieres en tu casa o tu espacio de trabajo?
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