La culpa, la vergüenza, el miedo pueden limitar el disfrute de nuestra sexualidad. Es importante saber cuándo solicitar terapia sexual
“La sexualidad debe ser fluida y amplia. No hay una manera correcta de vivirla”, afirma la maestra en sexualidad desde la perspectiva de género Alexa Castillo Nájera Zaliv.
La frecuencia de su ejercicio, señala la especialista, cambia con el tiempo. Hay edades en las que se puede ser mucho más activo sexualmente que en otras.
Pero también con la edad llega el disfrute y muchas mujeres aseguran que después de los 50 años han aprendido a disfrutar más su sexualidad.
“El problema es que vivimos en una sociedad hipersexualizada con estándares de lo que es el buen sexo, así como las características orgánicas que lo otorgan”, agrega la directora de la Fundación Mandala.
El pene grande y ancho, mamas y nalgas firmes o un abdomen plano son indispensables según los estándares.
Gemir y gritar mucho durante el orgasmo es otra “forma” de mostrar que estamos disfrutando, cuando no necesariamente es así.
Los estándares sumados a los introyectos o la mala información, así como un cambio en la dinámica sexual, pueden ser indicativos de que se requiere terapia sexual.
“Cuando no estás bien contigo, te sientes en un estado de displacer que no puedes solucionar solo y las críticas hacia ti no cesan, es momento de solicitar terapia”, puntualiza la doctorante en Sexualidad Humanista.
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5 alertas de que es importante solicitar terapia sexual
1. Baja de libido que genera molestia
Es importante saber qué está pasando. Si el descenso es producto del estrés, de medicamentos, de una baja hormonal o por otra cuestión física, etc., para así librarnos de culpa y malestar.
2. Cuando mi desempeño es más importante que el placer
Cuando en lugar de centrarme en el disfrute, me enfoco en cuestionar mi desempeño sexual.
A los hombres culturalmente se les ha impuesto ser los sujetos activos y ser los generadores del placer.
A las mujeres en cambio se les pide una actitud pasiva, cuando no tiene por qué ser así.
3. Cuando siento vergüenza
Muchas personas sienten vergüenza de su cuerpo, sus olores, sus genitales e incluso sus sentimientos.
Por muchos años se relacionó al ejercicio de la sexualidad con fines no reproductivos o con sus variantes con algo perverso, cuando no es así.
4. El miedo
Cuando tengo miedo a mostrarme tal cual soy, mi cuerpo y sus cicatrices por temor a que no me acepten.
La cultura gordofóbica se ha extendido y muchas mujeres y hombres se sienten mal con sus cuerpos y tienen miedo a mostrarlos.
5. La culpa
La culpa inhibe nuestros deseos y esta generalmente es producto de la desinformación y de los tabúes sexuales.
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Alcances de la terapia
En terapia sexual, explica la especialista, se trabaja con el amor propio y con la aceptación de quienes somos física y emocionalmente.
“Hay cosas de nosotros mismo que no podemos cambiar y que no necesariamente están mal por no cumplir con los estándares de belleza”.
También, durante este proceso se asimila que la salud y la estética son cuestiones diferentes, y lo mejor es optar por la salud.
Incluso se pueden establecer rutinas de amor propio como comenzar a cuestionar los introyectos y el perfeccionismo físico.
“Podemos mirarnos al espejo y decirnos cosas bonitas, agradecer a nuestro cuerpo porque está sano sin importar si tenemos estrías, celulitis, gorditos”.
Finalmente, de lo que se trata es de “entender que lo que nos hace realmente atractivos física y sexualmente es la actitud positiva y amorosa frente a la vida”, concluye la maestra Alexa Castillo Nájera Zaliv.
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