Un Pueblo Mágico y ciudad prehispánica que muestran el lado cultural y natural de Chiapas. Te decimos qué no te puedes perder
Palenque es un paraíso para quienes aman la arqueología, la historia y la naturaleza.
Este Pueblo Mágico de Chiapas, lleno de misticismo, es puerta de entrada al antiguo mundo maya y a la selva lacandona.
El pueblo de Palenque fue fundado por el padre dominico Pedro Lorenzo, a cierta distancia de las ruinas del mismo nombre en 1567, con muchas familias choles dispersas en la selva.
Se sabe que los nativos llamaban a este lugar Otulún, que en chol significa “sitio cercado o fortificado” y en castellano, Palenque significa “lugar cercado de una valla de madera o estacas”.
La población actual está compuesta por pueblos originarios como chol, tzeltal y lacandón.
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De Palenque a Palenque
El Pueblo Mágico es vecino de la ciudad prehispánica Palenque, que data del siglo III y que fue una de las más notables del mundo maya, a la par de Calakmul y de Tikal.
Fue un centro ceremonial desde el que los patronos mayas demostraban su poder.
Actualmente, los restos arquitectónicos y pictóricos de aquella ciudad siguen llamando a investigadores y viajeros curiosos para descifrar la escritura maya y sus relatos cosmológicos y dinásticos.
Su importancia se reconoce al ser parte de la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO desde 1987.
Una aventura al natural
Y segundo, desde aquí se puede partir para explorar la selva, descubrir ríos, lagunas y cascadas, y asombrarse con la flora y fauna de la región.
Se puede navegar el río Lacan-Há en balsas y regresar caminando para ver vestigios arqueológicos y la cascada El Corcho Negro.
O también uno se puede aventurar a Roberto Barrios o Welib Há, dos parajes naturales donde las protagonistas son caídas de agua que se tornan azul o verde según la profundidad.
Ahí hay pozas ideales para nadar y relajarse, y están a escasos 40 y 29 kilómetros de distancia, respectivamente, del Pueblo Mágico de Palenque.
Otro imperdible es Misol Há, donde se admira una cascada de 30 metros de altura y que, por su belleza, ha servido en incontables ocasiones de locación cinematográfica y de televisión; está a escasos 19 kilómetros del centro.
Además, desde Palenque parten los recorridos hacia Yaxchilán y Bonampak, dos de las zonas arqueológicas mayas más impresionantes de la región, muy dentro de la exuberante selva chiapaneca.
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Yaxchilán era asiento de reyes guerreros, como Pájaro Jaguar y Escudo Jaguar, y es conocida esta zona por sus estructuras arquitectónicas e inscripciones en estelas, altares y remates de puertas y dinteles.
Sobresale la Gran Plaza, la Gran Acrópolis, la Pequeña Acrópolis y la Acrópolis Sur. Se ubica a 173 kilómetros de la ciudad de Palenque.
Bonampak, a su vez, era un centro ceremonial en el corazón de la selva, cuyo apogeo ocurrió durante el gobierno de Jaguar Ojo Anudado.
Este gobernador ascendió al trono en 743 d.C., todo registrado en las pinturas murales que hasta la actualidad se conservan.
Los murales del Templo de las Pinturas narran guerras, historias dinásticas y celebraciones. Se localiza a 156 kilómetros de Palenque.
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Etiquetas: Palenque, Pueblo mágico
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