El misticismo y la ciencia, disciplinas antagónicas, comienzan a vincularse para explicar la necesidad del hombre de desarrollar su espíritu

Cada día crece el gusto por las disciplinas místicas. Empresarios, intelectuales, hombres de ciencia y políticos, en ocasiones, las han integrado a su vida.

Recurren a éstas antes de emprender proyectos o para saber guiar sus propias acciones y decisiones.  ¿A qué se debe este fenómeno?

El misticismo de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española es “la parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conocimiento y dirección de los espíritus”.

Es decir, las disciplinas místicas aseguran impulsar el desarrollo espiritual o bien valerse de seres o fuerzas espirituales para orientarnos y guiarnos.

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El origen de las ideas místicas

La mística siempre ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia, lo cual nos obliga a una pregunta básica: ¿Los seres humanos estamos programados para creer?

De acuerdo con el doctor en Ciencias Fisiológicas, Gabriel Gutiérrez Ospina, los seres humanos no estamos programados genéticamente para creer.

Sin embargo, vamos creando nuestro marco de creencias con base en las interacciones con la sociedad.

Existen elementos externos que pueden desembocar en este tipo de creencias e incluso experiencias. El principal motor es el miedo:

“La amígdala es muy buena para procesar el miedo y si somos inseguros la amígdala puede entrar en pánico y es el pánico el que hace que uno pueda tener experiencias místicas o buscar este tipo de soluciones y creencias”, puntualiza el profesor investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas.

El miedo básico es la muerte, y la creencia en la existencia de la vida después de la muerte como espíritu es sumamente tranquilizadora.

Mark Vernon, autor del libro Cómo ser Agnóstico, subraya que también el auge de las disciplinas místicas obedece a que muchos creen que la religión se aleja de los valores modernos.

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Beneficios de las disciplinas místicas

Explica el doctor que la creencia en cuestiones místicas ayuda a reducir de manera importante los estados de ansiedad

Por lo anterior, también disminuye el daño que este estado emocional y mental puede generar a nuestro cuerpo.

“El estado mental y el estado metabólico es mejor si la persona tiene algo en que creer”.

La ciencia ha demostrado que el estado emocional y mental afecta la operación de nuestro organismo.

“Cada vez nos vamos familiarizando con la reintegración emocional y mental a nuestros cuerpos, y mucha información fluye sobre los estados mentales y su estrecha vinculación con la expresión de genes”.

Por lo tanto, un estado de paz mental y emocional sí genera un beneficio fisiológico tangible.

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Misticismo y ciencia en el cerebro

Asegura el especialista que en todas estas experiencias místicas hay áreas del cerebro que están involucradas.

Éstas operan en la generación de estas imágenes mentales,  estados emocionales y físicos.

También existen algunas enfermedades que pueden provocar experiencias visuales y auditivas que pueden vincularse con las experiencias místicas. Tal es el caso de la epilepsia.

Sin embargo, señala el especialista que también puede haber sobre activaciones en corteza prefrontal o amígdala que sin tratarse de epilepsia pueden producir imágenes que parezcan encuentros cercanos con la divinidad.

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Cuidado con los excesos

Asegura el especialista, que es importante no dejarse guiar exclusivamente por las ideas místicas:

“Porque lo lleva a tener conductas extremas que pueden poner en riesgo la vida de uno y la vida de quienes nos acompañan”.

Explica que quienes caen en fanatismos generalmente se trata de personas inseguras, cuya necesidad de control es muy alta.

“No es raro que estas personas al sentirse fuera de control la solución sea buscar salidas místicas a los problemas que se están encontrando”.

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Misticismo y ciencia un vículo que debe permanecer

Subraya la importancia de mantener el vínculo entre misticismo y ciencia.

Lo anterior para seguir estudiando los efectos de las disciplinas místicas en los seres humanos, los cuales en ocasiones son desdeñados por la ciencia por considerarlos indignos para dedicar tiempo de investigación.

“Vale la pena que la ciencia se detenga a analizar e investigar más, pues todavía hay mucho por descubrir”, concluye el Gabriel Gutiérrez Ospina.

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Etiquetas: desarrollo espiritual, fanatismo religioso, misticismo, misticismo y religión, religión

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