La bisabuela de Miguel, Mamá Coco, en la vida real sí existe y vive en Santa Fe de la Laguna, Michoacán
La película “Coco”, de Disney-Pixar, puso en pantalla grande y a nivel internacional la celebración del Día de Muertos de México.
Sin embargo, pocos saben que sí existe Mamá Coco, la bisabuela de Miguel y quien dio nombre a la película.
Se trata de María Salud Ramírez Caballero quien vive en el pintoresco pueblo lacustre de Santa Fe de la Laguna, Michoacán, y en septiembre pasado celebró su cumpleaños. ¡Tiene 108 años de edad!
Todo viajero que llega hasta este rincón a orillas del Lago de Pátzcuaro busca la casa de Mamá Coco, fácilmente identificable por la lona que hay afuera.
Doña Salud, la verdadera Mamá Coco, suele recibir a los visitantes en el patio, tal como queda demostrado en las imágenes que se comparten en la cuenta de Facebook Salud Mamá Coco.
A decir de su sobrino, el artesano Nicolás Fabián, a ella le gusta tener una vida tranquila.
No obstante, esta temporada acuden más personas que nunca para disfrutar las celebraciones de Día de Muertos el 1 y 2 de noviembre.
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Otras fuentes de inspiración además de Mamá Coco en la vida real
Además de la imagen de la dulce bisabuela, el equipo de producción de Disney-Pixar encontró otra fuente de inspiración en Santa Fe de la Laguna:
El Templo de San Nicolás de Bari, en el que se adora al Señor de la Exaltación, que es muy parecido a la Iglesia de Santa Cecilia, el pueblo de la película.
En “Coco” también aparecen el cementerio de Tzintzuntzan y las calles de Pátzcuaro.
En la Meseta Purépecha se encontraron los elementos para contar la historia en la que Miguel emprende una aventura al inframundo en busca de sus ancestros.
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¿Cómo se celebra a los muertos en el pueblo de Mamá Coco?
En Santa Fe de la Laguna se venera al “muerto reciente”, es decir a la última persona que falleció previo al Día de Muertos.
Una vez elegida la persona, se honra su memoria con ofrendas dentro de las casas. Y propios y extraños pueden visitarlas todas y cada una.
Para presentarse debidamente, los guías turísticos sugieren llevar pan, veladoras o azúcar.
Lo anterior, como señal de gratitud para quienes abren las puertas de su hogar. A cambio, ellos mostrarán su altar.
Y por si el hambre aparece, en este pueblo también vive la cocinera tradicional María del Rosario Lucas.
Ella es quien da de cenar a cientos de personas corundas y uchepos, chocolate con agua y pan de pueblo. Eso sí, hay que hacer previa reservación.
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