El edadismo y la gerontofobia son un peligro social y personal pues fomentan el miedo y las respuestas reactivas e irracionales
El edadismo es un tipo de discriminación alimentada por los prejuicios y estereotipos en torno a la edad.
Su existencia es relativamente nueva, pues todavía a mediados del siglo pasado las personas de edad eran muy valoradas social y políticamente.
La razón radica en que con la edad llega la experiencia y la sabiduría, valores muy importantes para el éxito.
No obstante, bajo la óptica de la economía actual, lo valioso es lo nuevo. Muchos productos ya están elaborados con la denominada “obsolescencia programada”.
Es decir, la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos sólo sirvan por determinado tiempo para obligar al consumidor a comprar nuevas versiones.
La obsolescencia programada es muy visible por ejemplo en celulares, videojuegos y hasta en autos.
¡Obsolescencia programada en personas!
Los seres humanos nos hemos dejado llevar por esta tendencia de rendir culto a lo nuevo.
Esta actitud nos lleva a despreciar lo “antiguo”, desde productos hasta personas.
Por lo tanto, tampoco queremos envejecer (es decir, dejar de ser “nuevos” y convertirnos en “viejos”) pues la edad avanzada se relaciona con imágenes negativas de fragilidad, dependencia o deterioro físico o mental.
Bajo esta óptica, a la persona se le despoja de su valor para considerarlo una carga social.
Este entendimiento de la vejez favorece la discriminación por motivos de edad y por lo tanto la desigualdad social, laboral y económica.
Mujeres, las más lastimadas por el edadismo y la gerontofobia
Las mujeres, son las más lastimadas por el edadismo. Por mucho tiempo su valor ha radicado en su belleza, juventud y capacidad reproductiva.
A esto se suma que todavía hoy, incluso aquellas mujeres que gozan de juventud y preparación, enfrentan desigualdad laboral y salarial, situación que se agudiza con la edad.
De hecho, las mujeres adultas son las que más problemas económicos enfrentan.
De acuerdo con el estudio Situación de las personas adultas mayores en México elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres, el 12% de las mujeres versus 9.2% de los hombres adultos mayores viven solas, en hogares unipersonales.
Además señala que su actividad más frecuente es el trabajo no remunerado.
“Un 62.8% de ellas se dedican a los quehaceres domésticos…y solamente un 8.7% de las mujeres adultas mayores está pensionada o jubilada, o recibe pensión por viudez.
“Esta diferencia responde a la mayor actividad económica de ellos y a que las trayectorias laborales femeninas generalmente son cortas e interrumpidas debido a los eventos reproductivos y a la responsabilidad depositada en ellas para cubrir las necesidades de cuidado y trabajo doméstico dentro de los hogares”.
Del edadismo a la gerontofobia
El problema de no cuestionar el edadismo, como tampoco por mucho tiempo se cuestionó el machismo, el racismo y el clasismo, es que termina por aceptarse como algo normal.
Esta actitud puede crecer y puede dar lugar a la gerontofobia, es decir, un trastorno de ansiedad ante el temor de envejecer y por lo tanto a una obsesión patológica con la juventud.
La industria sabe perfectamente de esta dolencia creada, y ofrece toda una serie de productos y servicios destinados a evitar “envejecer” o al menos fingir que así es: cremas, cirugías, tintes de cabello, ropa, tratamientos, etc.
Consecuencias personales de la gerontofobia
A nivel personal las personas son capaces de someterse a todo tipo de tratamientos que incluso terminan por cambiarles las facciones.
Existen muchos casos de artistas que son el ejemplo por excelencia.
Pero también pueden caer en manos de charlatanes que les ofrecen productos que pueden ser dañinos, generando deformidades, necrosis, amputaciones e incluso la muerte.
Tal es el caso de la llamada Enfermedad por Infiltración de Sustancia Modelantes con Fines Estéticos, consecuencia de la infiltración en cara, glúteos, piernas, senos, cadera, etc. de sustancias altamente tóxicas (desde biopolímeros hasta aceite de bebé, comestible o de motor) que se ofertan como productos cosmetológicos.
El problema es tan grave que el Hospital General de México ya cuenta con un servicio especializado para atender estos casos.
Consecuencias sociales de la gerontofobia
La gerontofobia también juega en contra de las personas adultas.
Una persona con gerontofobia sentirá un temor excesivo, irracional y persistente hacia los adultos mayores.
Es decir, los vivirá como un “peligro” y frente a éste tendrá una reacción probablemente muy reactiva (de agresión o huida), la cual estará “justificada” y puede generalizarse o normalizarse.
De hecho, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el último año, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios.
Cambio social radical: adiós al edadismo y la gerontofobia
De acuerdo con Inmujeres para 2050 las mujeres de 60 años y más representarán 23.3% del total de población femenina y los hombres constituirán 19.5% del total de la masculina.
El incremento de la población adulta urge un cambio respecto a la visión de la adultez.
Las nuevas generaciones han abanderado las luchas por la igualdad y la aceptación entre hombres, mujeres, razas y orientaciones sexuales etc.
Urge también que tanto jóvenes como adultos cuestionemos este culto a la juventud.
De esta forma en lugar de huir de la vejez trabajaremos para prepararnos para su inevitable arribo, pero con una excelente salud física, emocional y mental.
Además, como sociedad, es urgente presionemos a los gobiernos para que desarrollen políticas públicas que garanticen una vejez independiente, saludable y feliz.
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Etiquetas: edadismo, gerontofobia
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