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México y la diversidad sexual en adultos mayores

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Se estima que el 10% de las personas mayores de 65 años forman parte de la comunidad LGBTTTIQ+

Diversidad sexual, a cualquier edad, es libertad, para quien la ejerza y para quien la perciba. Sin embargo, algunas personas de la comunidad LGBTTTIQ+ (lésbico, gay, bisexual, transgénero, travesti, transexual, intersexual, queer), quienes en la actualidad son adultos mayores, en su juventud padecieron los señalamientos y prejuicios de una sociedad que aún no los aceptaba, que incluso persiguió, ignoró o negó por completo sus derechos.

En México, se estima que el 10% de las personas mayores de 65 años forman parte de la comunidad LGBTTTIQ+. Desafortunadamente, la mayoría de ellos viven en abandono físico, económico, médico y emocional y están desprotegidos por organismos gubernamentales o redes instituciones que los ayuden durante esta transición.

“La identidad sexual no siempre se descubre en edad temprana o en ocasiones se esconde. Se niega debido a los prejuicios que aún existen sobre este tema; viven reprimidos en su sexualidad, hasta que en una edad adulta deciden tener plena libertad los últimos años de su vida, una libertad que es muy incomprendida por nuestra sociedad mexicana”, comenta Irene Moreno Cobar, sexóloga y comunicadora con más de 30 años de experiencia.

Esta especie de abandono por la que atraviesan los adultos mayores que ejercen su diversidad sexual, se debe a que la mayoría de ellos no cuenta con el respaldo de su círculo social cercano, como la familia y los amigos. Aunado a ello, son rechazados de casi todos los asilos y clubes de la tercera edad porque en la mayoría predomina la discriminación debido a su orientación.

“Hay muchos casos de personas que siempre fueron de un género distinto al heterosexual y como adultos mayores no lo dejarán de ser, salen de un “clóset” autoimpuesto y eligen en esta etapa de la vida decir ‘ya no más’ y abrir su sexualidad frente a los nietos, a los hijos y hacia la misma pareja’. 

“En realidad son personas a las que les lleva mucho tiempo el descubrimiento de su propia identidad y también, a veces, les toma años darse el permiso de liberarse de las ataduras, de los convencionalismos que les impidieron en su juventud ser ellos mismos”, dice Moreno Cobar.

El gobierno tampoco se responsabiliza de apoyar a este sector de la sociedad. Arturo Arcos Soto, psicólogo de la asociación Laetus Vitae (Vida Alegre), comentó que los modelos implementados por el estado se basan en iniciativas pensadas desde un punto de vista heterosexual y descartan a todas esas personas que han sido discriminadas, obligándolas de algún modo a olvidarse de su diversidad sexual.

Para la sexóloga Irene Moreno, “la comunidad LGBTTTIQ+ está completamente invisibilizada de los proyectos y de los programas gubernamentales. Pero, debo decir que sí hay personas que trabajan y realizan una labor encomiable en la lucha por mejores condiciones para este sector marginado de la sociedad. Hay médicos, sexólogos y legistas quienes realizan una excelente labor de voluntariado para ayudarlos, pero lamentablemente no viene del gobierno”.

Vida Alegre – Laetus Vitae, hogar de la diversidad sexual para adultos mayores

Cortesía Vida Alegre – Laetus Vitae

La casa de día Vida Alegre – Laetus Vitae es un espacio en que convergen personas de la tercera edad de la comunidad LGBTTTIQ+. Es el único en su tipo en México y fue el primero de América Latina. Quienes se reúnen detrás de sus paredes son libres de expresarse y son reconocidos sin ser discriminados.

Este recinto de igualdad es dirigido por Samantha Flores, una mujer transgénero de 87 años de edad y principal activista de la comunidad LGBTTTIQ+. se ubica en la casa marcada con el número 184 B, en la avenida Xola, en la Ciudad de México. Inmediatamente la reconocerás por la bandera de arcoíris que adorna una de las ventanas en la fachada.

Más de una decena de personas de la tercera edad se frecuentan en este hogar y afirman que les ha cambiado la vida, ya que se sienten apoyados sin ser discriminados.

Cortesía Vida Alegre – Laetus Vitae

Normalmente se reúnen los martes, jueves y sábados. Ahí tienen charlas, reciben apoyo psicológico, tienen cursos tutoriales para usar internet, hay un cine club e incluso les brindan consultas médicas de manera gratuita gracias a la labor de los voluntarios. Aunque por el momento, debido al semáforo epidemiológico rojo, a causa del Covid-19, la casa de día Vida Alegre – Laetus Vitae permanece cerrado hasta nuevo aviso.

“Estas personas existen, forman parte de nuestra sociedad y como seres humanos gozan de los mismos derechos. Hay que poner un foco de atención para darles una mejor calidad de vida, pero esto no va a suceder si no comenzamos por el principio, que es la educación sexual. Necesitamos un programa educativo abierto de la sexualidad humana porque es lo único que nos puede salvar de estos prejuicios, de esta ignorancia. La educación sexual basada en la evidencia y en la ciencia”, opina la experta, quien reconoció la labor de Vida Alegre – Laetus Vitae.

La finalidad es que este tipo de centro comunitario sirva de ejemplo y se multiplique en el resto de la República Mexicana, para tejer más lazos y vínculos entre la comunidad LGBTTTIQ+ de la tercera edad y la sociedad.

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Marco Sotelo

Periodista desde 2001, escribano de sentimientos. Las personas son las verdaderas historias. Me fascina descubrir la cultura detrás de la comida, el arte y los viajes. Me gusta el deporte, el rock en español y los videojuegos.

haggen_79@hotmail.com

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